Masivo evento en Tel Aviv conmemoró el alto el fuego en Gaza

Decenas de miles de personas se reunieron el sábado pasado en la Plaza de los Secuestrados en Tel Aviv, Israel, para celebrar el alto el fuego en Gaza. Este acuerdo, logrado entre el gobierno de Benjamin Netanyahu y el grupo Hamás, incluye la liberación de todos los rehenes que estaban en poder del grupo.

La atmósfera era de una profunda emoción. Muchos familiares de los secuestrados estuvieron presentes, incluido Itzik Horn, un argentino que había perdido a sus dos hijos en el conflicto. Horn había logrado liberar a sus hijos en febrero y ahora espera el regreso de Eitan Hor, otro menor en situación de cautiverio.

Presencia de Argentinos

La comunidad argentina en Israel, que supera las 90.000 personas, tuvo una destacada participación en el evento. Según reportes, más de 400.000 personas asistieron a la Plaza de los Secuestrados, que está ubicada cerca del Museo de Arte de Tel Aviv y del cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Israel. Este lugar se ha convertido en un punto de encuentro para familiares que buscan la liberación de sus seres queridos.

En total, hay actualmente 48 personas secuestradas, de las cuales 20 se encuentran con vida. Entre ellas, se destacan los argentinos David y Ariel Cunio, además de Eitan Hor. Se espera que también se recupere el cuerpo de Leon Josef, otro argentino que está en la lista de rehenes.

Apoyo Internacional

El evento reunió a figuras internacionales, como el enviado especial de Estados Unidos para el Medio Oriente, Steve Witkoff, y personalidades como Jared Kushner e Ivanka Trump. Todos ellos expresaron su apoyo a las familias y resaltaron los esfuerzos diplomáticos que llevaron a este cese de hostilidades.

Witkoff elogió el trabajo de Netanyahu y del negociador principal, Ron Dermer, aunque su discurso fue interrumpido en varias ocasiones por los abucheos del público hacia el mandatario israelí. El enviado estadounidense también aseguró que el regreso de los secuestrados era “inminente”, enfatizando que el peso de la esperanza estaba sobre los hombros de sus familias y que demostraron que la paz es una forma de fuerza.

La jornada fue un reflejo de la lucha de tantas familias que todavía esperan la liberación de sus seres queridos, mientras el mundo observa de cerca cómo se desarrollan los hechos en esta crisis compleja.

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